Diez claves para entender el ascenso chino y por qué hay que estudiarlo sin anteojeras ideológicas
Situar a la emergencia de China en el contexto de un eventual “choque de civilizaciones”, si se sigue el clivaje enunciado por Huntington (1996) para dotar de una base interpretativa común a buena parte de las tensiones internacionales de nuestra época, es, a nuestro juicio, un error mayúsculo. O, al menos, una visión problemática y compleja, pues la experiencia china indica que en la elaboración, diseño e implementación de sus políticas públicas de corto y largo plazo se mezclan elementos civilizatorios y principios doctrinales que son tanto de origen occidental como oriental.