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Argentina y Chile, un destino compartido

Por José Antonio Viera-Gallo

En estos cuarenta años se ha afianzado una alianza estratégica entre ambos países, fundada en razones estructurales que compelen a la integración, asumiendo las diferencias existentes.

La celebración de un nuevo aniversario de la independencia de Chile ocurre cuando estamos conmemorando 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre nuestros países, alcanzado gracias a la mediación de la Santa Sede. Como su nombre lo indica, Argentina y Chile se comprometieron a mantener una “paz inalterable y una amistad perpetua”.

El tratado es una promesa que debe ser cumplida y un programa de acción.

En estas cuatro décadas –despejada la niebla que cubrió a América del Sur en esos años- se ha ido perfilando una alianza estratégica entre Argentina y Chile, que no se funda tanto en la afinidad circunstancial que pueda haber entre los gobernantes, como en las razones estructurales que compelen a la integración asumiendo las diferencias existentes. Así lo expresó el presidente Gabriel Boric cuando estuvo en Buenos Aires por la transmisión del mando: “las personas pasan, los pueblos permanecen”.

Hoy se advierte en Argentina un renovado interés por el Pacífico, y no sólo en las provincias fronterizas con Chile; por su parte, la sociedad chilena sigue con interés los acontecimientos que tienen lugar en Argentina, como sucedió en décadas anteriores cuando hubo un flujo masivo de inversiones chilenas. En especial, se observan los cambios macro económicos y regulatorios.

Prueba de ese nuevo enfoque recíproco ha sido la venida de una numerosa misión empresarial a Buenos Aires, que será seguida por otra de empresarios argentinos a Chile en octubre, ambas organizadas por AEA y SOFOFA. En los últimos meses ha repuntado el comercio y el flujo de viajeros que cruzan la cordillera. Se estima que 3 millones de personas van de un país a otro anualmente.

Cabe resaltar la integración energética existente entre ambos países. Están en funcionamiento los cinco gaseoductos y los oleoductos. El encuentro organizado por Gas Andes en Santiago, que contó con la presencia del presidente Javier Milei y del ex presidente Eduardo Frei, fue un hito significativo. Existe interés de empresas argentinas por exportar GNL por puertos chilenos.

La actividad minera ha cobrado un nuevo dinamismo en Argentina, usando las facilidades que ofrece el Tratado Minero binacional. Entre otros, están los proyectos Vicuña y Filo del Sol en San Juan. La causa de este fenómeno se encuentra sobre todo en la explotación de litio y cobre, dos materiales esenciales para el electro movilidad.

Además, Techint está construyendo plantas desalinizadoras de agua de mar en el norte de Chile para facilitar las faenas mineras, acueductos que en un futuro podrían también servir a la minería argentina. Se trata de una minería amigable con el medio ambiente gracias al uso de nuevas tecnologías. Con los proyectos de hidrógeno verde en marcha en la zona austral de ambos países podemos avanzar en la reducción de los gases efecto invernadero, cumpliendo con los planes de descarbonización, meta fijada en Chile para el 2050.

El incremento de las relaciones bilaterales plantea nuevas exigencias de conectividad. En ese marco adquiere gran significación el acuerdo de cielos abiertos, que hace posible el aumento de los vuelos entre diversos puntos de ambos países facilitando los viajes entre las provincias.

El desafío mayor es para la conexión terrestre a través de los diversos pasos fronterizos, hoy muy presionados por el incremento del tránsito de camiones y personas. Ambos países tienen que hacer un esfuerzo por mejorar la infraestructura y simplificar los trámites, especialmente en el paso de Jama que sirve al corredor de Capricornio en el norte, el complejo de los Libertadores por donde circula un promedio de 540 camiones al día, los pasos de Pino Achado y Cardenal Samoré en el sur y los de la zona austral.

Cabe resaltar la creciente colaboración de nuestras FF.AA. en resguardo de la defensa y la seguridad, que se ha expresado recientemente en la participación de la Armada argentina en la Operación Unitas.

Por su parte, hay un trabajo común entre las policías y las fiscalías para hacer frente al crimen organizado en lo referente al narcotráfico, la trata de personas, el contrabando de armas y el terrorismo. Está pendiente de los Congresos la aprobación de un nuevo tratado que facilita la extradición.

Un campo que debe seguir desarrollándose es el intercambio universitario y científico, especialmente en las ciencias del espacio. El 2030 en Chile tendrá lugar la reunión de la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional. Será una ocasión para incrementar los lazos con Argentina.

Otro tanto debería ocurrir con el proyecto Humboldt que contempla el tendido de un cable de fibra óptica submarino de Chile a Australia para la transmisión de datos, que presupone la participación de Argentina y Brasil.

El 29 de noviembre se celebrará en el Beagle el Tratado de Paz y Amistad y se dará a conocer la carta náutica del estrecho elaborada por científicos de ambos países.

Sirva este aniversario para reafirmar los compromisos adquiridos y acelerar la colaboración estratégica entre Argentina y Chile.

José Antonio Viera-Gallo es Embajador de Chile en la Argentina

Fuente:

clarin.com/opinion/argentina-chile-destino-compartido_0_pWZodcpQP9.html

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