¿Qué mundo viene? ¿Qué escenarios considerar para diseñar una estrategia 2030?
Son algunas de las interrogantes que en este libro se han abordado Este artículo final busca cerrar con algunas de las principales tendencias y procesos globales que podrían incidir en las estrategias 2030 de los países latinoamericanos y de Chile. Las tendencias y escenarios plantean nuevas oportunidades para la actividad diplomática.
La estrategia internacional de Chile debe ser la proyección de una estrategia nacional integral. En otras palabras, es inescapable considerar todos los elementos que concurren al trazado de una estrategia nacional para deducir de allí los elementos propios de una estrategia internacional. Es prioritario, en consecuencia, fortalecer la capacidad de elaboración de una estrategia nacional de largo plazo, a partir de la cual se enmarquen las distintas estrategias sectoriales y regionales.
Para diseñar los cambios necesarios a la política internacional de Chile es esencial comenzar con el análisis de las tendencias globales y anticipar los nuevos fenómenos transformadores. Algunos escenarios, ya se esbozaron en este libro.
Gobernabilidad y empoderamiento ciudadano, un factor relevante para la Diplomacia
La gobernabilidad nacional será un factor de la máxima importancia al diseñar una estrategia. En la sociedad chilena se acrecentará aún más elpoder ciudadano, se expresarán con creciente vitalidad los anhelos de los sectores medios emergentes, demandando respeto a sus derechos, especialmente de las mujeres y pueblos indígenas, luchando contra la desigualdad y la discriminación, bregando a favor de la diversidad cultural, racial y sexual, y exigiendo mayor participación política. Se intensificarán las presiones sociales para la provisión de servicios y bienes públicos de calidad. La educación y las tecnologías de comunicación aumentarán la conciencia y la información, con ello se generan reacciones instantáneas y se facilitará la organización social en torno a temas específicos. Visto así, los gobiernos enfrentarán mayores dificultades para gobernar. Los Estados estarán sometidos a fuertes presiones para llevar a cabo reformas que reduzcan la verticalidad y el elitismo; y podrán verse desbordados. Se pondrá a prueba entonces la fortaleza de las instituciones y se requerirán grandes reformas del Estado para adecuarlo a la nueva complejidad de las sociedades y responder a los requerimientos de las ascendentes capas medias. Asimismo, será indispensable contribuir al fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil. Es posible afirmar que tendrían más resiliencia los sistemas institucionales que posean formas de poder local, descentralización y participación ciudadana institucionalizada. Los retos a la gobernanza son una tendencia global. Y se colige, por tanto, la necesidad de afianzar la gobernabilidad democrática para dar solidez a la acción internacional de Chile.