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La incorporación de Indonesia al grupo de los BRICS como miembro pleno subraya su creciente importancia

por Jorge Heine

El anuncio de Brasil, actual presidente de los BRICS, de que Indonesia se ha sumado al grupo como miembro pleno subraya el auge de la que constituye hoy por hoy la plataforma por excelencia del Sur Global. Aunque el grupo se expandió en 2024, con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, y varias naciones fueron admitidas como miembros asociados después de la 16ª cumbre del grupo celebrada en octubre de 2024 en Kazán, Rusia, lo de Indonesia tiene un significado especial.

Indonesia es la cuarta nación más grande del mundo, con una población de 280 millones; su PIB de 1,4 billones de dólares la convierte en la octava mayor economía en términos de paridad de poder adquisitivo. Añade así considerable peso a un grupo que ya lo tiene a raudales, cuyo dinamismo es indiscutible y cuyo comercio intragrupo ha crecido mucho en los últimos años.

En la última década, Indonesia ha experimentado un gran auge, con un crecimiento promedio del 5% anual (si omitimos el período de la pandemia de COVID-19). China ha desempeñado un papel clave en ello, dado el énfasis de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en la conectividad física y digital, algo critico en un país con una geografía tan fragmentada como Indonesia.

Un proyecto emblemático es el primer ferrocarril de alta velocidad del sudeste asiático, una línea ferroviaria de 142 kilómetros construida por China desde Yakarta a Bandung, con un costo de 7.300 millones de dólares, inaugurada en octubre de 2023. El mismo ha acortado el tiempo de viaje entre las dos ciudades de tres horas a cuarenta minutos.

Hace algunos años, desafiando la sabiduría convencional, Indonesia prohibió todas las exportaciones de níquel en bruto. Aunque muchos dijeron que esto conduciría a una caída de la inversión extranjera en el sector, paso todo lo contrario. La producción de níquel se disparó, de 130.000 toneladas métricas en 2015 a 1,8 millones de toneladas en 2023, cerca de la mitad de la producción mundial. El níquel, vital en la transición energética verde y la producción de vehículos eléctricos, ha sido decisivo para impulsar la industrialización del país. En ello, las empresas chinas como Chery y Wuling han desempeñado un papel clave.

Sin embargo, Indonesia quiere aumentar su crecimiento económico, hasta llegar al 8% anual. El plan es llegar a ser una nación desarrollada para 2045, según la Visión Indonesia Dorada 2045. Para ello, la adhesión al BRICS y el fortalecimiento de los vínculos con algunas de las naciones más grandes y de más rápido crecimiento del mundo son claves. Además de aumentar sus vínculos comerciales y de inversión con los estados miembros, ello permitirá a Indonesia participar aún más de los instrumentos de diplomacia financiera colectiva disponibles en el grupo, como el Nuevo Banco de Desarrollo con sede en Shanghái y el Acuerdo de Reserva Contingente del BRICS, u otras entidades en las que China desempeña un papel clave, como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Dicho esto, sería un error limitar la importancia de la adhesión de Indonesia a los BRICS solo a lo económico.  Indonesia fue uno de los fundadores del Movimiento de Países No Alineados (NOAL).

 La legendaria conferencia del grupo afroasiático que dio origen a lo que luego sería el NOAL, se celebró en Bandung en 1955. El NOAL reunió a las naciones recién independizadas de África, Asia y el Caribe, les dio un sentido de pertenencia, subrayó la urgencia de defender su soberanía y el principio de no intervención, y articuló la necesidad de un orden económico más justo y equitativo.

En el nuevo siglo, Indonesia ha abrazado con renovado brío los principios de no alineamiento. En un mundo afectado por tensiones globales y competencia entre grandes potencias, Indonesia ha surgido como una de las voces clave del Sur Global. Así, el primer viaje al exterior del presidente Prabowo Subianto en noviembre de 2024, comenzó con una visita de Estado a Beijing, seguida por otras a Washington y Londres, así como a Lima, para participar en la reunión de la APEC, y a Río de Janeiro, para participar en la cumbre del G20, visitas emblemáticas de esta ambiciosa política exterior. Mientras los BRICS continúan defendiendo la causa del Sur Global y sus demandas de un orden mundial más justo e inclusivo, que preste más atención a los desafíos globales de nuestro atribulado planeta, poca duda cabe que la voz de Indonesia junto con la de China y otros países del Sur Global serán claves.

Fuente:

https://www.chinadaily.com.cn/a/202502/13/WS67ad41a5a310a2ab06eabeac.html

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