Por Alicia Frohmann
El concepto de policrisis se instaló en el Foro Económico Mundial (FEM) para poner nombre a las crisis mundiales simultáneas de naturaleza geopolítica, de gobernanza global, conflictos armados, emergencia climática, demografía y migraciones, derechos humanos y libertad de expresión, entre otras.
Un problema pasa a ser una crisis cuando afecta nuestra capacidad de enfrentarlo y amenaza nuestra identidad, plantea el historiador Adam Tooze. En la policrisis, los shocks son de diferente naturaleza entre sí, pero interactúan de manera tal que el todo pasa a ser más abrumador que la suma de las partes. La sensación de
confusión y de que todo está fallando al mismo tiempo no es una experiencia personal sino colectiva.
A partir de concepto de policrisis, el Informe sobre percepción de riesgos globales del Foro (Global Risks Perception Survey) presenta la visión prospectiva de más de 900 expertos. Se estudian tres escenarios: la actualidad (2025), el futuro próximo (2027) y un plazo de 10 años (2035). Según el escenario temporal difieren
las categorías prioritarias.
En 2025, los 5 principales riesgos son el conflicto armado entre estados, los eventos climáticos extremos, la confrontación geoeconómica, la desinformación y fake news, y la polarización social. Este es el escenario que nos abruma diariamente.
Hacia 2027, cambia el orden de prioridades: los principales riesgos pasan a ser la desinformación y fake news, los eventos climáticos extremos, la polarización social, el espionaje y la guerra cibernética, y el conflicto armado entre estados.
Hacia 2035, predominan los riesgos ambientales: eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas, cambios críticos de los Sistemas Tierras (geósfera, atmósfera, hidrósfera y biósfera), desinformación y fake news. Las crisis ambientales ya no son un tema del futuro sino una emergencia inmediata.
La desinformación y los riesgos cibernéticos tienen también preeminencia.
La creciente fragmentación del sistema internacional debilita la capacidad de las estructuras existentes de enfrentar estos desafíos. Aumentan el nacionalismo y la introspección de grandes países como los Estados Unidos, cuando deberían estar reforzando el multilateralismo y la cooperación. Al examinar el panorama de los graves riesgos actuales y del futuro próximo, parece claro que no hay alternativa a las soluciones multilaterales y globales, coordinando esfuerzos de líderes del sector público y privado, la sociedad civil, los organismos internacionales y la academia. Necesitamos trazar ahora caminos de salida y recuperarnos de la crisis de sentido en la que nos subsume la policrisis actual.
Fuente: El Mercurio


