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Se cierra un ciclo histórico en Bolivia

Por Jaime Gazmuri

Los resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias del pasado domingo 17 de Agosto en Bolivia cierran un ciclo histórico de casi dos décadas de hegemonía  incontrarrestable del MAS, que durante los tres gobiernos de Evo Morales y luego de un interregno de un año, culminó con el de Luis Arce que deberá entregar el poder al candidato que se imponga en la segunda vuelta: el ex Presidente Jorge Tuto Quiroga, de derecha clásica, conservador y neoliberal, o el Senador Rodrigo Paz, que podría definírsele como de centro progresista.

El MAS gobernó con un respaldo popular y electoral abrumador desde 2006 hasta ahora. Las cifras son elocuentes: Evo Morales tuvo el 53, 64 y 61 % de los votos en sus tres primerea elecciones. En la cuarta alcanzó solo el 47% y su triunfo fue muy cuestionado. Se produjo una insurrección policial, movilizaciones opositoras y las fuerzas armadas le “sugirieron” que entregara el poder. Lo sucedió Jeanette Añez, que a su vez se vio constreñida a llamar a elecciones en 2020. En ellas triunfo Luis Arce, exitoso ministro de Hacienda de Morales, con poco más del 53%, apoyo casi idéntico al obtenido 13 años atrás. Con ese respaldo popular el MAS contó con mayorías en el Congreso, así como en la Asamblea Constituyente de 2026 que elaboró la nueva Constitución.  Esta modificó muy sustancialmente el sistema político y consagró el carácter plurinacional de la sociedad y del Estado bolivianos.

No es el espacio para una evaluación crítica exhaustiva del proyecto que impulsó el MAS. Baste si señalar que el periodo de los tres Gobiernos de Evo Morales fue el de mayor estabilidad, progreso e inclusión social y cultural de la historia boliviana. Desde el punto de vista económico entre 2006 y 2019 la economía creció sostenidamente a un ritmo promedio del 4.57%. La cifra de América Latina para el mismo periodo es de 2.2%. Se produjo una disminución notable de la pobreza. La denominada pobreza moderada bajó del 59,9 al 36,4%, y la extrema del 38,2 al 18%. Todo ello manteniendo con rigor los equilibrios macroeconómicos básicos. Se produjeron avances significativos en materia de educación, salud e infraestructura. Culturalmente se produjeron transformaciones de gran profundidad en la integración de las mayorías indígenas a la vida nacional en todas sus dimensiones. También en la económica. Uno de los cambios mas notables es el surgimiento de una nueva burguesía indígena aymara, cuya expresión más significativa se ha dado en El Alto, donde a su dinamismo suma una estética y una arquitectura urbanas propias. En suma, en las últimas dos décadas el país ha sufrido profundas transformaciones sociales y culturales. 

El dinamismo económico comenzó a manifestar sus primeros problemas hacia los finales del ultimo Gobierno de Morales: baja inversión en la exploración y explotación gasíferas, exceso de subsidios especialmente energéticos, disminución de las cuantiosas reservas acumuladas, ineficiencia en la gestiòn de empresas públicas. El exitoso modelo inicial comenzaba a manifestar los primeros síntomas de agotamiento. Ellos se profundizaron con los efectos de la pandemia del coronavirus, ya en el Gobierno de Arce: en 2020 el PIB se contrajo en un 6%, recuperándose en 2021, pero ya en 2024 el crecimiento fue un poco superior al 1%. La elección se dio en el marco de una profunda crisis económica caracterizada por un significativo aumento de la inflación, que superó el 15%; por un agudo desabastecimiento de combustibles; una sostenida disminución de las reservas que amenaza la disponibilidad de dólares para financiar las importaciones y un agudo déficit fiscal. Los exorbitantes subsidios energéticos, que según algunas estimaciones alcanzan a poco más de 3% del PIB es una de las causas de varios de estos problemas. 

Desde el punto de vista político la primera fractura se produjo con la pérdida del referéndum que forzó Morales para habilitar su reelección que no estaba permitida por la Constitución. Lo perdió por el 51,3% de los votos, contra el 48,7%. La maniobra para reformar la Constitución y postularse en 2019 erosionó su legitimidad y fue una de las causas de la crisis de ese año que lo llevó al exilio, a apoyar la candidatura de Arce y posteriormente a enfrentarse duramente con el nuevo Presidente y provocar una fractura a todas luces irremediable entre los diversos componentes del MAS. Inhabilitado por el Tribunal Constitucional Plurinacional para competir la elección presidencial Morales se negó sistemáticamente a buscar un liderazgo que pudiera reemplazarlo.

Las causas más evidentes del contundente triunfo de las derechas y el nuevo centro son la crisis económica y la profunda fractura del MAS y de sus liderazgos. Pero no son las únicas. Habrá que indagar en las transformaciones sociales y culturales que ha experimentado la sociedad; en la aparición de nuevos sujetos sociales portadores de nuevas demandas; en la disminución del peso de las reivindicaciones identitarias y en la dificultad de las distintas facciones y liderazgo en que se dividió el MAS para asumir la nueva realidad, generada por las realizaciones de sus propios gobiernos.

Lo sorprendente de la reciente elección es la contundencia de la derrota del proyecto que encarnó y el cambio radical del mapa político del país, dominado por las fuerzas de derecha y el nuevo proyecto de centro que representa Rodrigo Paz y su candidato a vicepresidente el ex capitán de la policía Edman Lara.

Las cifras son contundentes. En la elección presidencial la sorpresa fue la primera mayoría de Rodrigo Paz, presentado por la Democracia Cristiana con un 32% de apoyo popular. Todas las encuestas lo señalaban en tercer o cuarto lugar. Luego el expresidente Quiroga obtuvo el 26,81% con lo que pasa a segunda vuelta. El empresario Samuel Doria Medina, también de derecha liberal, obtuvo cerca del 20%. Inmediatamente manifestó su apoyo a Paz para el balotaje. En cuarto lugar, quedó el Presidente del Senado Andrónico Rodríguez, quien en un momento parecía ser el sucesor de Morales, con solo poco más del 8% de los votos. El candidato inscrito con la sigla del MAS y apoyado por el Presidente Arce  obtuvo el 3%. Los candidatos vinculados al MAS consiguieron solo poco más del 11% de la votación. Evo Morales llamó al voto nulo. Estos fueron inusitadamente altos: 19%. Históricamente los votos nulos y blancos han alcanzado entre el 5 y e 7%. Es plausible suponer, entonces, que el llamado de Morales ha tenido una respuesta del orden del 12 al 15% del electorado. Cifra que es mucho mayor en el departamento de Cochabamba y mayoritaria en su bastión del Chapare.

La nueva composición del Congreso refleja también el nuevo escenario político.  En el Senado las fuerzas que respaldaron a las tres primeras mayorías presidenciales suman 35 de los 36 escaños, siendo la mayor la bancada de la Democracia Cristiana con 15 miembros. Todas las facciones del MAS quedaron fuera del Senado.

En la Cámara de Diputados la situación es similar. Las tres fuerzas mayoritarias tienen 109 de los 130 diputados. El partido que inscribió a Rodríguez 7 y el MAS oficial 1.

La segunda vuelta se realizará el 19 de octubre. Si bien el apoyo de Doria le aseguraría el triunfo a Paz, ya que la votación sumada de ambos alcanza a poco más del 52%, ello no es automático. Es muy probable es que una parte de la votación de Doria, sobre todo en el departamento de Santa Cruz se incline por Quiroga. La incógnita es que ocurrirá con la votación de los candidatos del MAS que concurrieron a la elección y el voto nulo que sigue a Evo Morales. Las propuestas para la superación de la crisis económica estarán en el centro del debate.

Jorge Tuto Quiroga es una figura con una amplia trayectoria política. Elegido vicepresidente de Hugo Banzer en 1997 asumió como Presidente en 2001 hasta 2002, cuando este tuvo que dejar el mando por razones de salud. Desde entonces ha tenido una presencia permanente en la política boliviana. En las últimas décadas ha sido un tenaz opositor a los gobiernos de Morales y Arce.  Su programa es de corte neoliberal clásico: ajuste fiscal, privatizaciones, disminución de la carga tributaria y acuerdos con las instituciones financieras internacionales para enfrentar los déficits de divisas.

La novedad y la incógnita es la candidatura de Rodrigo Paz y su vicepresidente.

Rodrigo es hijo de Jaime Paz, que fue Presidente de Bolivia en alianza con Banzer entre 1989 y 1993. En 1971 fundó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, con una generación que se escindió de la Democracia Cristiana en un proceso análogo y casi simultaneo a la creación del MAPU en Chile y Acción Popular en Brasil. Rodrigo acompaño a su padre al exilio en esos años y se formó en España y los Estados Unidos. Su carrera política la ha desarrollado principalmente en Tarija, tierra de los Paz, donde ha sido Alcalde y Prefecto. Actualmente es Senador por ese mismo Departamento.  Ha sido inscrito por la Democracia Cristiana, partido fundado originalmente en 1954, inspirado en la doctrina social cristiana y el pensamiento de Jacques Maritain, que desde entonces ha sido una fuerza política de escasa significación nacional. Desde el 17 de agosto se ha convertido en el principal partido político del país por la magnitud de su representación parlamentaria. 

Paz propone un “cambio responsable” y “un capitalismo para todos”, con impulso al emprendimiento, a la descentralización del presupuesto y a la reducción de impuestos, en la tarea de la reconstrucción económica del país. Su programa incluye medidas sociales tales como el establecimiento de un salario universal para la mujer que valorice el trabajo de cuidado a la economía del país y un bono de jubilación de 300 dólares. Ha hecho una campaña con recursos muy modestos recorriendo todo el país incansablemente y con una insistencia permanente en su cercanía con la gente y la necesidad de unir a los bolivianos.

Un rol muy destacado en la campaña le ha correspondido al candidato a Vicepresidente, Edman Lara. Capitán de policía hasta 2023, fue dado de baja después de realizar repetidas denuncias sobre la corrupción institucional. Desde entonces se ha convertido en un activista en la lucha contra la corrupción con un alto impacto en las redes sociales, utilizando preferentemente el Tiktok. Su discurso es de un fuerte rechazo a “la vieja casta política de izquierda y derecha”, de un llamado a la unidad nacional y de un alto contenido religioso y moral. Al mismo tiempo se presenta como garante de la transparencia y del cumplimiento de los compromisos de campaña:” si Rodrigo no cumple, yo lo enfrento

Del resultado electoral dependerá el curso que asuma el país en el nuevo periodo histórico que se inaugura. Ambos proyectos, teniendo elementos en común, no son idénticos. En todo caso es claro que el Gobierno que surja no podrá gobernar en solitario: tendrá que buscar acuerdos y alianzas en el Congreso y garantizar la gobernabilidad en un escenario económico y social complejo. Morales, a pesar de su aislamiento y la magnitud de su derrota continúa siendo un factor político significativo, capaz, desde su bastión, de generar conflictos, alterar el orden público y dificultar la gobernabilidad

Es necesario consignar que, a pesar de que Bolivia enfrenta crisis y problemas análogos a los de América Latina, allí no se ha generado un fuerte movimiento de ultraderecha autoritaria e iliberal, como ha acontecido en Argentina, Brasil, Chile y El Salvador.

El cambio de Gobierno repercutirá también en la política exterior de un país muy importante en la región. Bolivia se desafiliará del Alba que integra con Venezuela, Cuba, Hondura y otros países y tenderá a mejor sus relaciones con los EEUU y Europa.  Lo más probable, sin embargo, es que no sea un giro muy dramático. Todos los candidatos han anunciado una política exterior distinta pero pragmática.

Desde el punto de vista de Chile, el giro en la relación bilateral que ya ha comenzado con el Presidente Arce, como el mismo lo ha destacado en la entrevista que concedió El Mercurio el 20 de agosto, con seguridad se profundizará. Ello le permitirá a Chile desarrollar una nueva fase de colaboración e integración con el país vecino. Incluso en plena campaña electoral Rodrigo Paz ha afirmado que está disponible para restablecer relaciones diplomáticas con nuestro país. Se abre una oportunidad que nuestros gobiernos deben aprovechar resuelta y activamente.

Fuente: https://lanuevamirada.cl/se-cierra-un-ciclo-historico-en-bolivia/

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