Decenas de miles de brasileños volvieron a tomarse las calles este sábado (02.10.2021) en las principales ciudades del país para pedir la destitución del presidente Jair Bolsonaro, en una convocatoria de partidos y movimientos de izquierda (apoyados por primera vez por agrupaciones de centro), que también rechazaron el aumento de la inflación y el desempleo.
Las protestas en Río de Janeiro, Salvador, Sao Paulo y Brasilia, además de un centenar de ciudades tanto dentro como fuera del país, fueron convocadas por la «Campaña Nacional Fuera Bolsonaro” respaldada por una decena de partidos de izquierda, centrales sindicales y el grupo Direitos Já!, que reúne a líderes de 19 bancadas.
Las manifestaciones lograron una mayor adhesión de partidos que en movilizaciones pasadas. Algunos dirigentes de derecha se unieron contra los reclamos por la crisis económica, aunque no necesariamente respaldan el pedido de impeachment. Pese a que las banderas rojas fueron mayoritarias en las marchas, a las mismas se unieron por primera vez, aunque tímidamente, las de formaciones de centro, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso, y del Partido Democrático Laborista (PDT), del exministro Ciro Gomes, que fue el tercer candidato más votado en las presidenciales de 2018.
Factores de unidad
Aunque los organizadores se esforzaron para intentar darle un carácter suprapartidario a las manifestaciones, la gran mayoría no escondió su preferencia por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, principal rival político de Bolsonaro y que lidera con amplia ventaja todas las encuestas de intención de voto para las presidenciales del 2 de octubre de 2022. El líder socialista alcanza el 44 por ciento de los respaldos, frente al 26 por ciento de Bolsonaro.
«Exigir el juicio político destituyente y la prisión del criminal que nos gobierna es imperativo para que podamos volver a discutir lo que importa: empleo, desarrollo y reducción de las desigualdades», afirmó Ciro Gomes, nuevamente pensando en disputar la Presidencia y que participó en la manifestación de Río, al aclarar que la prioridad del país es desalojar a Bolsonaro del poder para después pensar en elecciones.
Aparte del malestar común con el gobierno, también hubo coincidencias en el rechazo al elevado desempleo, la inflación, la retórica antiambiental del Ejecutivo, el aumento del hambre y el negacionismo frente a la pandemia del coronavirus.
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