Las Fuerzas Armadas de Brasil vivieron este martes una sacudida insólita con la renuncia simultánea de sus tres jefes militares.
Un día después de la sustitución del ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, el Ministerio anunció que los comandantes del Ejército, la Marina y la Aviación también dejan sus cargos.
Azevedo, que dejó su cargo este lunes en medio del proceso de destitución o reemplazo de seis de los 23 ministros del gobierno, será sustituido por el general Walter Braga Netto, que hasta ahora era ministro de la Presidencia.
Azevedo no aclaró si su salida de Defensa fue producto de una renuncia o decisión del presidente del país, Jair Bolsonaro.
El Ministerio de Defensa informó en una nota oficial que los tres altos mandos «serán sustituidos» y subrayó que la decisión «fue comunicada» este martes en una reunión con Braga Neto.
Desde este lunes, en medios militares se aseguraba que los tres jefes de las Fuerzas Armadas -Edson Pujol (Ejército), Ilques Barbosa Junior (Marina) y Antonio Carlos Bermudez (Aviación)- estaban dispuestos a «poner sus cargos a disposición».
Todavía no se sabe quiénes serán los nuevos comandantes.
Crisis en las Fuerzas Armadas
La salida de los comandantes se percibe como un acto de protesta por la dimisión sumaria de Azevedo.
Es la primera vez que los tres comandantes de las Fuerzas Armadas dejan sus cargos al mismo tiempo por desacuerdos con el presidente de la República.
La crisis en las Fuerzas Armadas ocurre en vísperas del aniversario del golpe militar de 1964, que se cumple este miércoles 31 de marzo.
Pero las desavenencias que llevaron a esta situación no son de ahora.
El presidente Bolsonaro ya había intentado expulsar a Edson Pujol del cargo.
Pujol era crítico con la postura del presidente respecto a la pandemia, algo que se hizo patente el año pasado cuando el mandatario intentó saludar al general con un apretón de manos y Pujol ofreció el codo (saludo adoptado por muchas personas en la pandemia para evitar el contagio).
Pujol también afirmó el año pasado que el papel de los militares no es involucrarse en la política.
«No queremos ser parte de la política, mucho menos dejarla entrar en nuestros cuarteles», dijo el ya excomandante del Ejército en un evento virtual.
Actualmente Bolsonaro tiene a militares al frente de seis ministerios.
Para analistas políticos y estudiosos de las FF.AA. contactados por BBC News Brasil este martes, la sustitución de los altos mandos no va a alterar el apoyo y la participación de los militares en la gestión del presidente.
Juliano Cortinhas, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, cree que la salida de los comandantes no se debe interpretar como una «retirada» de las FF.AA. del gobierno de Bolsonaro.
«Que los tres generales y el ministro Azevedo dejaran sus puestos no significa que los 6.000 militares -activos o en la reserva- vayan a dejar sus cargos en el gobierno, sus apartamentos y los salarios que reciben», señaló Cortinhas.
Para Augusto Teixeira Jr., profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Paraíba, las Fuerzas Armadas viven un momento de contradicción en relación con el gobierno.
«Al mismo tiempo que los generales dicen que las Fuerzas Armadas son órganos del Estado y no del gobierno de Bolsonaro, miles de militares ocupan cargos en ese mismo gobierno, incluso en ministerios importantes. El vicepresidente de la República, Hamilton Mourão, es in militar en la reserva», explicó Teixeira Jr.
Los cambios y el posible intento de atribuirles a los militares papeles que no son estrictamente constitucionales son elementos que amenazan la cohesión dentro de las Fuerzas Armadas, dijo por su parte el investigador Vinicius de Carvalho, director del Instituto de Brasil en el King’s College de Londres.
Carvalho investiga desde hace más de diez años las áreas de Defensa y Seguridad, con el foco en las Fuerzas Armadas de América Latina y de Brasil, y también fue oficial técnico temporal en el ejército brasileño.
«Un problema muy serio que crea toda esa agitación por la retirada del ministro es el riesgo de que se rompa la cohesión, porque las Fuerzas Armadas dependen de ella. Dependen de que haya una jerarquía clara y que todos los elementos de esa jerarquía estén cohesionados», explicó en entrevista telefónica con BBC News Brasil el lunes, después de la dimisión del ministro.
Sorpresa en la Corte Suprema
La salida del ministro de Defensa y la decisión de los comandantes sorprendió a algunos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que ven un intento del presidente de «politizar» las Fuerzas Armadas.
El equipo de BBC News Brasil averiguó que Azevedo habló con jueces de la Corte después de la renuncia, incluido el presidente del alto tribunal, Luiz Fux.
Tras la llamada, Fux dijo creer que Azevedo salió por negarse a «politizar las Fuerzas Armadas».
Según la valoración del presidente de la Corte, la salida de Azevedo, que sigue siendo una figura importante en el ejército, indica que las FF.AA. están comprometidas con la democracia.
Azevedo era visto como una figura moderada que a menudo se ponía en contacto con los jueces de la Corte para tranquilizarlos sobre la postura de las FF.AA. cada vez que había roces entre los integrantes del gobierno de Bolsonaro y el alto tribunal.
Ante la sustitución de Azevedo por Braga Netto, el juez Fux les comunicó a sus colegas que cree que el nuevo ministro de Defensa también podrá ser un «buen interlocutor» de la Corte Suprema.
Cambios ministeriales
Bolsonaro, que afronta una creciente presión para frenar una pandemia que ha matado a más de 300.000 personas en el país, realizó el lunes seis cambios en el gabinete, en la mayor reforma ministerial hasta la fecha.
Entre los cambios anunciados figuran, además del de Defensa, otros estratégicos como Relaciones Exteriores y Justicia.
En la cancillería, dejó el cargo Ernesto Araújo, un diplomático muy acorde con el pensamiento de Bolsonaro que será sustituido por el embajador Carlos Alberto Franco França, también diplomático, con poca experiencia pero considerado más moderado y de talante negociador.
El cargo de ministro de Justicia será ocupado por Ánderson Gustavo Torres, un comisario de policía cercano a Bolsonaro que respalda la intención del mandatario de flexibilizar la venta de armas a civiles para promover la «autodefensa» contra el crimen.
El Ministerio de la Presidencia que ocupaba Braga Netto será ocupado por el general Luiz Eduardo Ramos, otro militar que ya estaba en el gobierno.
Contenido publicado en BBC