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Columna de Ricardo Lagos: Una cumbre del futuro para encontrar las respuestas

Escrito por: Ricardo Lagos Escobar

Esta publicación fue obtenida de la plataforma: La Tercera

Es tiempo de impulsar un desarrollo para avanzar hacia una mayor dignidad de vida y más igualdad social. Desde ahí podemos dar y recibir mucho de la Cumbre del Futuro. Prepararnos para ella puede ser una oportunidad de rearticulación regional en la hoy desmembrada América Latina.

El 2024 tendrá lugar la Cumbre del Futuro. Así lo acordó la Asamblea General de Naciones Unidas a pocos días de iniciarse los debates de este año. Y, de nuevo –como ocurrió con la Cumbre de la Tierra de 1992– es posible que ese evento marque un antes y un después en la marcha del mundo. Porque no es un tema menor tratar de entender cómo vendrá el futuro y que ocurrirá con la humanidad en las próximas décadas.

¿Qué consecuencias traerá el cambio climático? ¿Cómo alimentaremos a más de 9.850 millones de habitantes al 2050? ¿Cuántos cambios en la vida, la educación y el trabajo traerá la Inteligencia Artificial y la comunicación digital? ¿De dónde y cómo obtendremos agua para las demandas futuras? ¿Qué cambios generarán las energías renovables en la geopolítica global? Las preguntas son muchas y las respuestas están aún a medio camino o esperando germinar. Encontrarlas es tarea de todos los países, también del nuestro.

En ese marco, cabe entender el discurso con el cual Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, inauguró esta semana la 77ª sesión de la Asamblea General de ese organismo internacional. En sus palabras, en tono dramático, recorrió los temas más contingentes de nuestro presente y reiteró su compromiso por cumplir los objetivos de desarrollo sostenible y del milenio, estimulando un pacto hacia el futuro.

Alertando sobre un presente muy complejo, Guterres señaló una especial preocupación por las profundas desigualdades que afectan a la humanidad, el aumento del costo de vida y los estragos que esto significa, más la crisis de confianzas hacia instituciones que parecen estar paralizadas. En este durísimo contexto, que no disfrazó bajo ninguna metáfora, convocó a todos los estados a unirse y proyectar una Cumbre del Futuro de aquí a septiembre del 2024. ¿Cuáles serían los temas de esa cita internacional? Aquí, el desafío es articular tres áreas que hoy presentan complejidades y tensiones propias, incluso con tendencias contrapuestas cuando se quiere lograr grandes consensos y cooperación entre todos.

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