En el contexto del ciclo de actividades sobre la futura Política Exterior de Chile y de la nueva Constitución organizados por el Foro Permanente de Política Exterior, el martes 19 de octubre se llevo a cabo la presentación “Desarrollo Justo y Sostenible, y Política Exterior” realizada por Osvaldo Rosales, ex director de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La presentación examinó los vínculos entre los objetivos de la Política Exterior y de una estrategia de Desarrollo Progresista, a través de 12 ejes fundamentales. En primer lugar, subrayó la necesidad de la convergencia entre ambos tipos de objetivos, ejemplificando al respecto. Se refirió luego a la estrategia de inserción económica internacional del país y a los criterios para definir la calidad de ella, destacando allí las debilidades de la actual estrategia de inserción. Se refirió luego a los alcances de la política comercial y la política industrial, discutiendo los espacios de política industrial que están presentes y que siguen subutilizados. Presentó algunas propuestas sobre la nueva política comercial. Argumentó sobre la centralidad del cambio climático para orientar estas futuras discusiones, por un lado, y por otro, remarcó la importancia de renovar el multilateralismo, la importancia de la cooperación con el Asia Pacífico, la necesidad de reforzar el vínculo con la Unión Europea y la de persistir en iniciativas que potencien la cooperación y la integración regional en Latinoamérica.
Las propuestas fueron comentadas en primer lugar por el académico de la Facultad de Economía y del Instituto de Estudios Internacionales y Premio Nacional de Humanidades, Ricardo Ffrench-Davis. El académico destacó el dinamismo económico y de las exportaciones que Chile tuvo en la década de los noventa. Señaló que, más adelante, se fue abandonando gradualmente el objetivo
de un tipo de cambio real elevado y estable, dejándolo en manos de las fluctuaciones del mercado. Como no se apostó a una política vigorosa de desarrollo productivo y de apoyo a las pymes, ello se fue manifestando en una fuerte desaceleración del ritmo de las exportaciones, incluyendo importantes retrocesos en términos de número de productos exportados y de empresas exportadoras. En el plano laboral, esto se ha reflejado en insuficiente arrastre de las exportaciones sobre empleo y actividad de las pymes, en apoyos muy limitados a éstas y en persistencia de elevados niveles de empleo informal y, en suma, en una modalidad de crecimiento poco inclusiva, que está en la raíz de los niveles de desigualdad y conflictividad social que hemos presenciado durante los últimos años.
Luego, la experta senior en comercio internacional Alicia Frohmann, planteó que Chile necesita una estrategia de desarrollo integral, sostenible, inclusiva y con participación ciudadana; donde la desigualdad y la contaminación ambiental no sigan siendo externalidades del desarrollo como en el actual modelo extractivista. Indicó que los acuerdos comerciales son instrumentos, que se pueden utilizar (o no) según la estrategia de internacionalización de la economía y los incentivos que se presenten. Es fundamental hacer una evaluación de impacto en la sostenibilidad de los acuerdos y que ésta no sea sólo económica. Señaló que la actual matriz productiva pone límites al desarrollo sostenible y que, de hecho, los acuerdos comerciales relevan la importancia de los temas ambientales, laborales, género y pymes. Por último, se refirió a cómo plasmar el paradigma del desarrollo sostenible e inclusivo en las relaciones internacionales de Chile, presentando propuestas para enfrentar la crisis climática y plasmar una política exterior feminista.
Por último, el investigador asociado de la Universidad de Sussex y profesor del Instituto de Estudios Internacionales Carlos Fortín, enfocó su comentario en los eventuales efectos de los Tratados de Libre Comercio sobre la política de desarrollo. Subrayó que los tratados tienen dos componentes. Uno que contiene las mutuas concesiones que se hacen los estados para el intercambio transfronterizo de bienes y servicios. Sin embargo, desde la década del 80´ los tratados tienen una parte normativa que se expande a instrumentos y políticas de desarrollo en el ámbito interno de los países. El profesor Fortín detecta una tendencia preocupante a que esta segunda línea de orientación se vaya fortaleciendo en las propuestas para la reforma de la OMC, cuestión que limitaría aún más el espacio de políticas de que disponen los países para llevar a cabo sus estrategias de desarrollo. Llama, por ende, a un debate que permita equilibrar las ventajas de acceso que proveen los acuerdos comerciales con la mantención del espacio de acción que Chile necesita en un momento de búsqueda de nuevas opciones de desarrollo.
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