En entrevista con Diario y Radio Universidad de Chile, el economista coreano analizó el sistema chileno y criticó que se base en la extracción de recursos naturales. Señaló la importancia de una sociedad educada para alcanzar el desarrollo y se refirió a las consecuencias de firmar el TPP 11.
El economista coreano, Ha-Joon Chang, que visita actualmente nuestro país, es conocido mundialmente por su visión crítica de los sistemas neoliberales. Profesor de la Universidad de Cambridge, ha sido consultor del Banco Mundial, de Oxfam y de varias agencias de la Organización de Naciones Unidas. En esta entrevista conversa con Diario y Radio Universidad de Chile sobre sus teorías económicas, el rol del Estado y la necesidad de Chile de industrializarse para alcanzar el desarrollo.
Usted ha sido conocido como un economista crítico del sistema neoliberal ¿Puede definir el neoliberalismo?
Es una nueva versión del liberalismo que fue una ideología que dominó al mundo capitalista en los siglos XVIII y XIX que propugna la idea que dejados solos, los individuos harán lo que es mejor para ellos y las fuerzas del mercado integrarán las elecciones de las personas en un resultado socialmente óptimo. Aunque no niega completamente el rol del Gobierno, pues considera que debe existir inversión pública en infraestructura y que se debe proveer de leyes y orden público, pero en materia de economía, debe dejarse al mercado autoregularse. Esta idea original fue en declive debido a la Gran Depresión y al decaimiento del capitalismo en los inicios del siglo XX, pero desde los 60 y 70, la ideología renació y fue ligeramente actualizada, porque los liberales de antes señalaban que debía existir competencia en todo ámbito, incluso en materia de la oferta de dinero, por eso se oponían a los Bancos Centrales. En el caso de los neoliberales sí creen en la importancia de estos entes y esa es una diferencia. Otra dice relación con las patentes y la propiedad intelectual, ya que los liberales consideraban estas materias como monopólicas y claro que lo son, las tenemos porque son socialmente útiles y porque en virtud de esos derechos monopólicos, obtenemos mayor innovación, al menos en teoría. Así, los neoliberales defienden una fuerte protección a los derechos intelectuales.
Como ves hay unas leves diferencias, pero en el fondo hay una fuerte creencia en la eficiencia del mercado y una visión negativa de los gobiernos porque creen que están dirigidos por individuos egoístas y que la gente rara vez hará algo en favor de un interés público. Simularán trabajar por el bien público, pero están pensando en intereses particulares, haciendo sus propias vidas más cómodas. Por eso es que tienen una visión tan negativa de la intervención estatal.
Entonces el rol de la propiedad privada es extremadamente importante en la visión de los neoliberales….
Absolutamente. Es la base del pensamiento de Friedrich von Hayek, uno de los padres del neoliberalismo, que difundía la idea que usar tu propiedad libremente es el más importante de los derechos y es por eso que él abiertamente apoyó la dictadura de Pinochet en Chile.
Esa protección se ve en nuestra Constitución…
Así es, pero el problema es que el respeto de los derechos de propiedad privada colisiona con el interés social. Hay muchas teorías económicas que discuten el valor de la propiedad privada y un buen ejemplo es el de las reformas agrarias en el Este asiático, como Japón, Corea y Taiwán, que
instituyeron la reforma a la tierra en los cincuenta y eso estabilizó al área rural, elevó la productividad y se convirtió en el cimiento de los milagros económicos de esos países. En estos casos si quieres defender los derechos de propiedad firmemente, no puedes tener algo como ese tipo de reformas. Hay casos en que es bueno “pasar a llevar” los derechos de propiedad, pero los neoliberales consideran que eso no es aceptable.
En su libro, “Retirar la escalera” usted señala la necesidad de agrandar el Estado ¿Cómo se logra eso en un sistema neoliberal?
Lo primero es distinguir entre la ideología liberal en sí y la práctica. Chile es conocido como el modelo de estudio del neoliberalismo, pero si se mira detenidamente la experiencia de desarrollo chileno luego del régimen de Pinochet, hay muchas cosas que fueron en contra del neoliberalismo ortodoxo. Por ejemplo, que se rehusara a privatizar Codelco o las forestales y estas son las bases de la economía chilena. Luego en los 90’s Chile estableció el control de los capitales, su famoso sistema de depósitos por el que se cobra extra por el movimiento de capitales a corto plazo; también el desarrollo de la industria del salmón y otras exportaciones. Fundación Chile o Prochile cumplieron un importante rol, así que en la práctica el neoliberalismo chileno no es tan puro. Cuando se argumenta que la ideología neoliberal es dominante y no se puede hacer mucho en cuanto a una intervención real del Estado, entonces podemos hablar de la propia experiencia chilena y señalar que los gobiernos han cumplido un rol más importante de lo que se le ha reconocido.
Además, cuando se observan otras economías más exitosas se puede ver que sus gobiernos están tomando roles activos. Por ejemplo, en 1961 el ingreso promedio en Chile era 377 dólares, en Corea del Sur en tanto, era 82 dólares. Hoy en Corea el ingreso es el doble que el chileno, entonces un país que solía ser un cuarto de la economía chilena en cuanto a los ingresos, hoy es dos veces más rico. ¿Cómo pasó eso? El gobierno coreano llevó adelante una política industrial proactiva e implementaron una serie de subsidios de carácter proteccionista, regulaciones, restricciones a las inversiones extranjeras directas, en orden a desarrollar las industrias por las que hoy son conocidos: tecnología, automóviles, acero etc. No es solo con Corea del sur, sino que, como lo señalo en mi libro “Retirar la escalera”, fue lo que también hicieron en el Reino Unido en el siglo XVIII o Estados Unidos en el siglo XIX, Alemania y Suecia a finales del siglo XIX. Casi todos los países que hoy son ricos implementaron políticas agresivas de intervención para tratar de desarrollar sus economías.
Al Reino Unido le tomó dos siglos llegar al desarrollo, sin embargo, a Corea solo le tomó una generación. ¿Cuál es la diferencia?
Bueno, creo que fue porque el Gobierno coreano estaba mucho más organizado y porque otros países ya lo habían hecho antes, entonces el gobierno coreano se basó en la experiencia pasada. Sabían exactamente lo que había que hacer, pues mientras más tarde se comienza en el desarrollo, más difícil es, pero una vez que se empieza se puede crecer mucho más rápido que los otros, porque en Reino Unido la economía creció alrededor del 2 % durante la Revolución Industrial, en Estados Unidos fue cerca del
4%, Japón 6%, Corea 7%, China 10%. Todo porque se aprendió de las experiencias anteriores. Así, Corea observó lo que hicieron los japoneses y los alemanes, mientras China mira a Japón y Corea.
Entonces la clave es la educación. Hay que aprender de las experiencias anteriores, hay que estudiar, todo esto en sentido general.
Educación en el sentido de tener mejores calificaciones o mejores grados académicos es importante, pero lo que realmente distingue a los países ricos de los más pobres es el conocimiento colectivo no solo en tanto conocimiento individual, sino el que está inserto en las instituciones, en la sociedad, en la forma que esta está organizada. En los países desarrollados hay gente bien educada, pero no se necesita que el 90% de la gente vaya a la universidad para tener una economía funcional. Claro, los países más pobres no tienen mucha gente que vaya a la universidad, pero los países de rango medio en cuanto a ingresos tienen gente suficiente como para llevar adelante una economía eficiente. El problema es que las instituciones son menos desarrolladas o las organizaciones son disfuncionales.
La educación en el sentido social y no individual es importante porque puedes tener mucha gente que trabaja en el gobierno que tienen doctorados en Harvard o cualquier otra parte, pero las instituciones no están bien organizadas, los sindicatos y el gobierno no cooperan entre ellos y así no tienes una economía eficiente.
Usted ha escrito sobre la importancia del rol del Estado y su tamaño ¿Es necesario un pacto entre el Estado y el sector privado como lo hicieron Corea o Irlanda?
El pacto social, como lo dice su nombre, no puede ser impuesto por el Estado, debe provenir de la sociedad, así que se necesita un diálogo entre el Estado, el sector privado, los sindicatos y el área social para crear un consenso social. Chile está en un momento en que su modelo de desarrollo se quedó sin impulso, pero tuvo una época a mediados de los 80’s o 90’s en que Chile fue una de las economías más exitosas del mundo.
Pero sobre la base de recursos naturales…
Chile creó la industria del salmón de la nada y desarrolló la industria forestal para la producción de papel. Fue un periodo impresionante, pero francamente en los últimos diez o quince años ese proceso se ralentizó. Lo que Chile hizo exitosamente hasta mediados de los dos mil fue diversificarse horizontalmente, básicamente desde el salitre al cobre y luego al vino, al salmón, las frutas, los bosques, pero ahora se les están acabando los recursos naturales a los que diversificarse. Además, esa industria tiene un límite en cuanto a crecimiento productivo, ustedes son muy eficientes en cultivar salmones, pero hay un límite sobre cuántos salmones pueden cultivar y necesitan entrar a una industria de alta productividad como la electrónica, la maquinaria, la inteligencia artificial o la biotecnología. Sin ingresar en ese tipo de industria, su economía irá en declive porque la diversificación horizontal basada en recursos naturales es limitada y porque la productividad de tales sectores también está claramente circunscrita.
Deben reconocer que hay que avanzar hacia otro nivel y para ello necesitan otras estrategias de crecimiento y eso tiene que venir de este pacto social.
El jueves se publicó una carta en El Mercurio de un grupo de economistas que señala las ventajas de aprobar el TPP 11 ¿Qué opina usted respecto de este polémico acuerdo?
Estos tratados, según mi opinión, cuando se dan entre países similares son buenos porque se estimulan los unos a los otros y crean mayor competencia. Sin embargo, los acuerdos entre países ricos y otros menos desarrollados pueden traer beneficios a corto plazo, porque dan un mercado mayor a los países en vías de desarrollo, pero a largo plazo son negativos porque hacen muy difícil o casi imposible el llevar adelante una industria de alta productividad. Es por eso que yo me opongo a estos acuerdos de comercio entre países con tan diferentes grados de desarrollo y creo que el TPP es uno de esos tratados. Enfrentémoslo, este país ya tiene acuerdos de libre comercio con casi todos los miembros, si Chile aprueba el TPP se atará aún más y no podrá llevar adelante políticas proactivas industriales y comerciales.
Los economistas de la carta señalan que el TPP ha demostrado ser provechoso para países como Canadá, Australia o Nueva Zelanda. ¿Cómo podemos comparar esos países con Chile?
Ese es mi punto. Australia y Canadá están en el mismo nivel de desarrollo que los Estados Unidos, así que cuando firman Tratados de Libre Comercio se complementan los unos a los otros. Estos países tienen ingresos tres o cuatro veces más altos que Chile.
¿Tiene Chile una industria minera como la australiana? ¿Tiene Chile algo como Blackberry que es canadiense? Chile no tiene nada de eso, así que lo que le pasa al firmar estos acuerdos es que venderán más uvas, más vino, pero no se volverán industrializados gracias a este tratado. Y esa es la diferencia fundamental entre que Canadá o Australia firmen acuerdos con Estados Unidos y que lo haga Chile. Por ejemplo, Canadá puede obtener beneficios al formar parte de NAFTA, pero México no los tiene. La economía mexicana está básicamente medio muerta desde que firmó el NAFTA, los mexicanos hablan de los viejos malos tiempos, de la sustitución de importaciones, pero en ese periodo el ingreso crecía a un 2.8%. Después del NAFTA, sin embargo, ha crecido a un 0,8 por ciento por año, por lo tanto, el crecimiento colapsó.
Por eso es una cosa es que Canadá o Australia firme tratados de libre comercio con Estados Unidos, pero una muy distinta es que lo haga Chile o México.
Escuche acá la entrevista a Ha Joon Chang:
Contenido publicado en Radio UdeChile