En los últimos 12 meses, Juan Guaidó ha sido calificado en Europa como líder de la oposición, presidente de la Asamblea Nacional, como presidente encargado de Venezuela e incluso, por algunos, como presidente in pectore de Venezuela. La UE, formalmente, nunca dio el paso de reconocerlo como máximo responsable del país, a pesar de que casi dos decenas de países dieron un paso al frente, pues el veto de diferentes socios hizo inviable una posición única. Pero desde 2019 hablaba siempre del «presidente encargado« y lo trataba como una mezcla de líder opositor y primer representante democrático del país. Ya no.
Los ministros de Exteriores de la UE se han reunido hoy en Bruselas y han dado forma a la posición ya esbozada hace unas semanas y en la que se constata, con la realidad en una mano y más pragmatismo que idealismo en la otra, que las cosas han cambiado. La oposición, la parte más importante y representativa de ella, no se presentó a las elecciones del pasado 6 diciembre a la Asamblea Nacional. La UE, tal y como había avisado, no reconoce esos comicios ni sus resultados y lamenta «la oportunidad democrática perdida». Pero a pesar de ello, las consecuencias para quienes no quisieron prestarse al juego del régimen de Maduro son reales y diplomáticas.
Hasta ese día Guaidó era considerado una autoridad, pero al no formar ya parte de la Asamblea Nacional se generó una posición sin precedentes y difícil de sostener. La UE no reconoce el voto y critica a Nicolás Maduro, pero al perder su cargo Guaidó ya no es el «presidente encargado», esto es, la persona que en Bruselas y el resto de capitales se considera la única aceptable para liderar un proceso que desembocara en unas elecciones limpias, libres y transparentes.
En un comunicado bastante problemático, los ministros han ‘degradado’ a Guaidó a «interlocutor privilegiado», pero ni siquiera el único o el primero. «La UE reitera su apoyo a todos aquellos que trabajan por un futuro democrático para Venezuela. La UE reitera sus llamamientos a la garantía de todos los derechos políticos y civiles, a la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y a la libertad y seguridad de todos los opositores políticos, en particular los representantes de los partidos de oposición elegidos para la Asamblea Nacional de 2015. Y especialmente Juan Guaidó, así como a otros representantes de la oposición democrática. La UE los considera actores importantes e interlocutores privilegiados y anima a la oposición democrática a adoptar una postura unificada con miras a un proceso inclusivo de diálogo y negociación», dice el tercer punto del documento de conclusiones consensuado hoy en Bruselas.
«Se reconoce el liderazgo de Guaidó, se pide una respuesta humanitaria para el problema humanitario y se pide impulso a la solución política», ha resumido la ministra española, Arancha González Laya. «Lo que hay es una toma de posición de los 27, todos ellos juntos y ya esbozada el 7 de enero y que se ha repetido en este consejo. La posición está bastante clara y es la que mantiene España como el resto de los Estados Miembro. Creemos que es importante mirar al futuro y trabajar en estas tres líneas de apoyo a la oposición, a la respuesta humanitaria a una situación que se degrada e impulso a situación política en el país», ha añadido al ser preguntada si España ha cambiado su posición o si mantiene la consideración a Guaidó como presidente encargado. El Parlamento Europeo, en la enésima resolución sobre el tema, pidió a las capitales hace unas semanas que mantenga su posición anterior y que siga tratando a Guaidó y los elegidos de 2015 como los interlocutores legítimos. Los únicos.
En el papel de los ministros, sin embargo, la UE pide a todos los actores «compromisos difíciles», pide a la oposición una posición única y avisa de que «en vista del deterioro de la situación de los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia en Venezuela, la UE está dispuesta a adoptar medidas restrictivas adicionales específicas contra quienes socavan la democracia o el Estado de derecho y los responsables de violaciones graves de los derechos humanos. Estas medidas están diseñadas para no dañar a la población venezolana y pueden revertirse«.
Contenido publicado en El Mundo