Escrito por: Jorge Heine
Esta publicación fue obtenida de la plataforma: Clarín
Qin Gang, hasta ahora embajador de China en EE.UU, es el nuevo canciller chino. Reemplaza a Wang Yi, electo al Politburó del Partido Comunista Chino. Después de nueve años en el cargo, Wang era la cara de China al mundo. ¿Qué significa este cambio, y cuál es su trascendencia para América Latina?
El año 2022 marcó el retorno de la diplomacia presidencial china. En febrero, los Juegos Olímpicos de Invierno, a cuya inauguración asistieron mas de dos docenas de jefes de estado y de gobierno, dieron el puntapié inicial. La guerra en Ucrania fue un desafío para Beijing. Numerosos jefes de gobierno visitaron China , incluyendo al canciller alemán Olaf Scholz, y el presidente Xi reanudó su programa de visitas y de participación en cumbres internacionales.
¿Quién es Qin Gang y qué implica para la política exterior china? Ex vocero y ex director de Protocolo de la Cancillería china, con rango de viceministro, a quien me correspondió conocer de cerca en mis años en Beijing, y quien me honró con una cena de despedida al concluir mi destinación, Qin, con 56 años de edad, es el canciller más joven en la historia de la RPCh, cargo en el que sucede a titanes del oficio como Zhou en Lai ( 1949-1976) y el propio Wang Yi (2013-2022).
Integrante del Comité Central del PCCH y muy cercano a Xi, es un hombre llano y afable, pero directo. Muy cosmopolita, y de fuerte personalidad, su lado B es el de árbitro de tenis profesional, que ha arbitrado partidos en Wimbledon.
Para algunos, el nombramiento de Qin significa que China acentuará la diplomacia de “lobo guerrero”, asociada a la mayor asertividad vista desde 2017. Para otros, Qin no será un formulador, sino un mero implementador de política exterior. Ambas interpretaciones me parecen equivocadas.
En esta nueva coyuntura, en que China se abre de nuevo al extranjero, en que se proyecta que la economía crecerá un 5.3%, y en que las tensiones con Estados Unidos no cesarán, China desplegará lo hecho en el primer quinquenio de Xi Jinping: lo que he denominado en mi libro, Xi-na en el siglo del dragón: lo que todos deben saber sobre China (Lom), “la diplomacia de anfitrión”.
En esos años, Beijing se convirtió en una de las principales capitales diplomáticas, organizando cumbre tras cumbre, convocando a los grandes líderes mundiales, y fijando la agenda de la gobernanza global. Si hay alguien que sabe de esto, es el nuevo Canciller Qin, quien como director de Protocolo, con un personal de 80 diplomáticos, manejaba 200 visitas oficiales al año, realzando la legendaria hospitalidad china.
Con vientos hostiles hacia China desde el Atlántico Norte, el Sur Global ocupará un lugar central en la política exterior china. De 2023 a 2025, la presidencia del G20 será ocupada por India, Brasil y Sudáfrica, respectivamente.
Entidades como unos BRICS en expansión y una América Latina que adquiere un nuevo ímpetu, recibirán atención preferencial. Dado el actual cuadro político en la región, ello permitiría coordinar una estrategia conjunta hacia China. Ello maximizaría las oportunidades que ofrece a la región el país que es ya el mayor socio comercial de Sudamérica.
Jorge Heine es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston y ex embajador de Chile en China.