En jornada de dos días, realizada en Santiago, se hizo un repaso detallado de los avances registrados en cada uno de los cinco ejes temáticos definidos como prioritarios: migración, género, institucionalidad y diálogo político, integración productiva y empresarial, y las lecciones que se desprenden de la experiencia de Unasur.
Los días 11 y 12 de marzo recién pasado, tuvo lugar en la sede de la Fundación Chile 21,
en Santiago de Chile, una reunión presencial del equipo de coordinadores encargados de
avanzar en los propósitos del Proyecto de Cooperación que el Foro Permanente de
Política Exterior de Chile desarrolla actualmente en conjunto con la CAF-Banco de
Desarrollo de América Latina y el Caribe- y que tiene como propósito identificar una
Agenda de temas para contribuir a la creación de un nuevo espacio de integración
sudamericano.
Tal Proyecto ha definido como prioritarios cinco temas específicos sobre los que se ha
estado trabajando y los expertos que coordinan éstos presentaron, durante la reunión, los
avances realizados en sus respectivos campos de actuación. En el tema Migración el
informe fue presentado por la ex-viceministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, Carmen
Almendras; en Género lo hizo la ex-personera del gobierno de Brasil Jacqueline Pitanguy;
en Institucionalidad y Diálogo Político, el informe lo presentó el exvicecanciller de Uruguay
Ariel Bergamino; en Integración Productiva y Empresarial lo efectuó Mario Castillo y el
informe sobre la experiencia de UNASUR, estuvo a cargo de Fernando Reyes Matta.
El Proyecto concluirá con un Informe Final que deberá ser difundido, preferencialmente,
en diversas instituciones de Sudamérica y para ello se organizarán Conversatorios que
aspiran a alcanzar la más amplia concurrencia, tanto de funcionarios oficiales como de
representantes de la sociedad civil.
Durante el curso de la reunión en comento, se relevó la urgencia de avanzar en el
proceso de recrear el espacio de integración subregional -que resulta hoy tan necesario- y
en este sentido se destacó la trascendencia y valor de la convocatoria que en mayo de
2023 efectuó el Presidente Lula Da Silva para impulsar tal proceso y el consecuente
Consenso de Brasilia definido en tal ocasión y la Hoja de Ruta que los países
sudamericanos han convenido para avanzar y dar pasos concretos en ese proceso.
Avances en el marco del Consenso de Brasilia
Como una muestra de respaldo a esta iniciativa, el Secretario General del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Chile, Embajador Rodrigo Olsen, concurrió a una de las dos
jornadas de la reunión y presentó los avances de la Hoja de Ruta y el trabajo que ha
desarrollado nuestro país en su calidad de Presidente Pro Témpore de este proceso en
particular.
“No podemos renunciar a contar con una instancia de coordinación subregional que nos
permita encarar de manera mancomunada los crecientes desafíos que enfrentan nuestros
países”, expresaron varios de los participantes en esta reunión de coordinación, quienes
también coincidieron en la necesidad de recuperar nuestra voz en el concierto mundial y
dejar atrás la taciturna y disminuida presencia subregional en el escenario global actual.
El intercambio de reflexiones permitió igualmente concordar que, si bien es imperativo
recrear el espacio de integración sudamericano, ello no significa -se mencionó
expresamente en la reunión- retrotraernos nostálgicamente al pasado y de ahí el valor
que se confiere al trabajo que se realiza en torno a explicarnos los desaciertos y
deficiencias que caracterizaron en su momento al trabajo de UNASUR (Unión de
Naciones Sudamericanas). Ignorarlos se dijo sería irresponsable al momento de recrear
un nuevo espacio de concertación.
Los expertos coincidieron en la vigencia que tienen los planteamientos que desde el Foro
se formularon al momento de elevar la iniciativa de un proyecto de este tipo a la CAF, en
especial aquel que menciona que nuestra propuesta de recrear un espacio sudamericano
de concertación política y económica debe entendérselo con perspectiva latinoamericana.
Y que, adicionalmente, el nuevo espacio de concertación regional debe poder disponer de
una base social y política más amplia que permita superar la dinámica estado-céntrica,
hasta ahora vigente, y en tal sentido no pueden estar ausentes los parlamentos, los
gobiernos subregionales, las universidades, las ONG’s, los movimientos sociales, las
asociaciones gremiales, culturales, quienes deben ser actores de primera línea en este
proceso.
Acorde con los tiempos, también se mencionó que la nueva instancia debe tener una
marcada dimensión feminista. Esta debe expresarse no solo en la participación directa de
mujeres en sus distintos órganos de representación, sino que también en la naturaleza de
las temáticas que se impulsen.
No Alineamiento Activo, punto central de convergencia
Del mismo modo, se planteó que tomando en consideración que un dato mayor del
mundo actual es la confrontación hegemónica ascendente entre China y Estados Unidos,
la nueva instancia de coordinación e integración subregional no puede subordinarse a
ninguna de las dos grandes potencias. La doctrina del No Alineamiento Activo -se
reconoció- puede ser el punto cardinal de convergencia entre los países de la región los
que pueden encontrar allí una guía para la acción conjunta.
Es fundamental igualmente, se dijo en la reunión, consensuar una mirada común en el
sentido que el nuevo instrumento de integración subregional no puede ser un “club de
amigos” o de gobiernos con afinidades ideológicas, lo que inicialmente puede ser una
motivación alentadora, pero que, a poco andar, y así lo ha demostrado la experiencia,
irreductiblemente conduce a la parálisis.
La idea de la sudamericanidad surgió muy fuertemente durante la conversación
coincidiéndose en que tal nueva identidad se redefine por la pertenencia a una
comunidad, es un precepto cultural y un fundamento principal al momento de definir
iniciativas de integración y cooperación.
Iniciativas palpables
A modo de resumen muy global, puede señalarse que los análisis coincidieron en que
antes que generar una nueva institucionalidad de integración subregional es preciso poner
en práctica iniciativas concretas que demuestren la conveniencia y la factibilidad de la
integración. No más burocracias pesadas y de escasa eficiencia práctica, se dijo,
expresándose, además, que resulta imperativo avanzar en acuerdos que permitan, entre
otros, regular la migración, impulsar la cooperación sanitaria, avanzar en integración
física, fijar una posición común en materia de financiamiento internacional, incorporar
fuertemente la integración productiva y la participación del empresariado, y de manera
muy definida se expresó, asimismo, que el nuevo espacio debe ser ampliamente
pluralista, única forma de garantizar su proyección más allá de las preferencias de los
gobiernos de turno.
Finalmente, y como antes ya fuera mencionado, se enfatizó que el nuevo espacio debería
trascender lo estatal, abriendo paso a una multiplicidad de nuevos actores, como
universidades, organizaciones gremiales y empresariales y asociaciones culturales, que le
impriman un sello de vitalidad de la cual han adolecido los esfuerzos de integración
precedentes.
Los participantes destacaron el valor de la alianza estratégica que se ha establecido entre
el Foro Permanente de Política Exterior y CAF, como instituciones, y resaltaron la
proyección de ésta, relevando el provecho de la iniciativa, pero igualmente sus
perspectivas y potencialidades.
Cabe destacar, por otra parte, que la jornada de dos días de intensas reuniones fue
precedida por una cena que ofreció la Subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile,
Gloria de la Fuente, a nombre de la Cancillería chilena, a los participantes en esta
actividad el domingo 10 de marzo pasado.
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