•Cerca de 180 personas participaron ayer en la conferencia en línea realizada por la reconocida investigadora del Instituto Watson, que fue organizada por el Foro Permanente de Política Exterior, en conjunto con el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.
Para conocer las implicancias que el conflicto chino-estodounidense ha tenido en la región, así como sus proyecciones post elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre próximo, el Foro Permanente de Política Exterior (FPPE) y el Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile organizaron una conferencia con la profesora del Instituto Watson de Brown University y de la Universidad Tsinghua de Beijing, Dra. Barbara Stallings. Además de Stallings, participaron la Secretaria General del FFPE, Marta Maurás, así como la Directora del EIE, Dorotea López, resaltando el hecho de ser una actividad marcada por la presencia femenina.
En su presentación, Maurás hizo referencia a la necesidad de Chile y de América Latina de revisar de manera realista su inserción internacional, destacando que el Foro trabaja desde hace algún tiempo en el concepto de no alineamiento activo, “que sería la dirección a seguir por las pequeñas y medianas economías, como las de América Latina, ante estas dos superpotencias en confrontación. ¨Se debe analizar y entender a estos dos polos que se enfrentan por la hegemonía económica, militar, tecnológica, así como por transmitir su modelo político”. Para sobrellevar esta situación, así como para superar la pandemia, el cambio climático y la economía, «el multilateralismo, la cooperación internacional y la integración son una respuesta. De lo contrario, la pugna entre Estados Unidos y China nos puede dejar muy mal parados en América Latina”, advirtió.
Coincidiendo con estas palabras, Stallings sostuvo que América Latina enfrenta una difícil situación en términos políticos y económicos, con una pandemia extendiéndose, una crisis económica que puede borrar todos los logros sociales de las últimas décadas y traer serios problemas geopolíticos. En su opinión, en este contexto la región debe diversificar sus relaciones exteriores; no alinearse ni con China ni con EEUU, y fortalecer su integración regional para actuar como bloque.
Sobre el mencionado conflicto chino-estadounidense, la reconocida académica e investigadora norteamericana explicó que era algo absolutamente previsible, “como suele ocurrir en la trayectoria de países hegemónicos y los que quieren reemplazarlos”. Sin embargo, reconoció que la tensión entre ambas naciones se acrecentó a consecuencia de diversos factores, como las declaraciones anti-China por parte del Presidente Trump, del Vicepresidente Mike Pence y del Secretario de Estado, Mike Pompeo.
“A estas declaraciones se suma la guerra de aranceles y comercial desatada por Washington, luego de que Trump impusiera múltiples rondas de gravámenes y China se sintiera obligado a actuar con reciprocidad”. A esto, agregó otro factor: “el conflicto geopolítico desatado por la Administración Trump al incluir restricciones tecnológicas y de inversiones, además de movimientos militares. Pero Estados Unidos no contaba con que la respuesta de Beijing sería bastante más ofensiva de lo esperado”, afirmó.
Implicancias para Latinoamérica
Con este panorama internacional, la especialista vislumbra que las implicancias para América Latina -polo de interés para ambas potencias- no son claras en este momento, por lo menos hasta que se conozcan los resultados de los comicios que el país del norte celebrará en noviembre. “Si Trump es reelecto, la región se verá fuertemente presionada para que se ponga del lado de Washington. Si se niega, el gobierno estadounidense cuenta con una serie de medidas de presión que ya ha usado o puede intensificarlas, como las arancelarias y migratorias, por mencionar algunas”, sentenció.
En caso contrario, si gana Joe Biden, Barbara Stallings deduce que Latinoamérica tendría más espacio para tomar decisiones autónomas e incrementar su relación comercial con China. En este escenario, apunta, la única suerte de presión que se avizora desde EEUU dice relación con la tecnología 5G. Añadió que una presidencia demócrata podría mejorar las relaciones con México, pero Venezuela, dijo, seguirá siendo una gran incógnita en materia de política exterior del programa de Biden.
“En el caso concreto de México, es importante destacar que la mayoría de las exportaciones aztecas se comercializan en Estados Unidos; la mayoría de la inversión extranjera de México también viene de su nación vecina, y ambos están vinculados por múltiples cadenas de producción. Pero más allá de lo netamente económico, las administraciones de López Obrador y Trump se relacionan por la migración, tema que ha generado gran controversia en los últimos tres años”, estimó.
Otro país latinoamericano que preocupa en el análisis de Stallings es Colombia, que históricamente se ha identificado como aliado de Estados Unidos, y carece de importantes lazos con el gigante asiático. “Pero la buena relación entre Bogotá y Washington se ha enfriado en el último tiempo tras algunos ataques públicos realizados por Trump. Así las cosas, el gobierno de Iván Duque ha empezado a acercarse a China”, aseveró.
Sobre Brasil, el socio más importante que Beijing tiene en la región, la académica se explayó explicando que, a su vez, China constituye el principal mercado para las exportaciones brasileñas, y es una fuente clave de inversiones, especialmente en energía. “Además han establecido fuertes vínculos políticos. Brasil fue el primer ‘socio estratégico comprensivo’ de China en la región, y ambos son miembros del grupo BRICS”, agregó Stalling.
Finalmente, la académica del Instituto Watson advirtió que Chile es uno de los países de la región que se encuentra en la mejor posición para seguir diversificando sus relaciones comerciales: “Tiene sendos acuerdos de libre comercio con China y Estados Unidos; buenas relaciones comerciales y de inversión con los dos. Desde hace años, China ha sido el socio comercial más importante de Chile y, últimamente, el gigante asiático también ha empezado a invertir en nuestro país, especialmente en la industria del litio, la energía y agricultura”. “Además, Chile posee importantes relaciones económicas y políticas con Europa y con otros países de Asia. Por lo tanto, está en una muy posición para aprovechar estas circunstancias favorables y seguir un camino independiente”, concluyó.