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La vía pacífica, no las armas, construye democracia

1.- La lamentable Declaración del Grupo de Lima – que reúne a 11 países de América Latina y Canadá -, emitida el 30 de Abril, constituye un severo retroceso de la diplomacia democrática en la región y vulnera principios esenciales de la política exterior que Chile ha venido construyendo en los últimos decenios, tales como el respeto a la soberanía nacional, la solución pacífica de las controversias y la preservación de América Latina como una Zona de Paz.

2.- Al otorgar legitimidad a la iniciativa del Presidente de la Asamblea Nacional Venezolana de convocar a la Fuerza Armada, frente a una Base Área militar y rodeado de un grupo de militares de rango medio, a deponer a la dictadura madurista, se otorga un respaldo explícito a una estrategia que busca resolver la crisis venezolana por una vía armada. Ello contraría los más elementales principios que rigen nuestra convivencia internacional, constituye una amenaza a la paz y la estabilidad no solo de Venezuela, sino de toda la región. No se recupera la democracia con el recurso a las armas y menos con el riesgo de desatar una guerra civil. La experiencia dolorosa de nuestros países a este respecto es categórica.

3.- Los peligros de que se produzca una verdadera catástrofe en la región son reales. La reciente declaración del Secretario de Estado de los EEUU formulada el 1 de Mayo de “que una acción militar es posible. De ser necesario, eso es lo que los Estados Unidos hará” amenaza con convertir un conflicto de carácter regional en uno global, dando pie para la intervención de otras grandes potencias. Impedir que ello ocurra es una exigencia para todos los gobiernos, organismos internacionales y opinión pública regional y mundial.

4.- La vía pacífica, con las negociaciones que ello implica, es el camino que permitirá poner fin a la crisis a la que la dictadura de Maduro ha llevado a la sociedad venezolana. La democracia será restaurada cuando se acuerden elecciones libres, con supervisión internacional, que den origen a un Gobierno legítimo.

5.- Apoyamos la iniciativa de los Gobiernos de México y Uruguay de proponer el Mecanismo de Montevideo, destinado a generar un diálogo inmediato entre el Gobierno de Maduro y la Oposición para negociar una salida a la crisis. El Grupo de Contacto que incluye países latinoamericanos y europeos, puede jugar un papel importante para generar un indispensable, y también difícil, clima de diálogo. Instamos, una vez más, al Presidente Piñera a corregir la posición de Chile en este conflicto y participar en el Grupo de Contacto.

6.- EL endurecimiento de las sanciones económicas anunciadas por el Presidente Trump no ayudarán a la causa de la democracia en Venezuela. Solo agravarán la crisis alimentaria y sanitaria que sufre su pueblo. Lo que corresponde es un gran esfuerzo de ayuda humanitaria realizado mediante la Cruz Roja Internacional y la ONU.

7.- Consideramos que la crisis venezolana y las amenazas a la Seguridad en la región ameritan una acción más resuelta del Secretario General de la ONU. Lo estimulamos a asumir una iniciativa personal para promover e instalar el diálogo entre todas las partes involucradas en el conflicto.

8.- Finalmente esperamos que se produzca un diálogo efectivo en Venezuela que permita la pronta realización de elecciones libres, única manera de garantizar el restablecimiento de la Democracia.

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