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Mundo interconectado, recuperación en K y factor político: Las 5 señales de Yuval Noah Harari en pandemia

El historiador y filósofo israelí abordó el avance de la humanidad para enfrentar el virus, el papel que juegan la política y los empresarios en estas emergencias, y el peligro de que la reactivación económica aumente la desigualdad.

«En la guerra entre los seres humanos y los patógenos, nunca los seres humanos habían sido tan poderosos», aseguró durante la tarde de este jueves el reconocido historiador y filósofo israelí Yuval Noah Harari, autor de los éxitos de venta «Sapiens» y «21 lecciones para el Siglo XXI».

El intelectual protagonizó la quinta versión de Softys Innovation Week, que fue transmitida por EmolTV, y aprovechó su ponencia para repasar la magnitud de la pandemia de covid-19 en términos históricos y proyectar su impacto a futuro en la forma en la que funciona la humanidad.

Estas fueron cinco de las claves presentadas por el autor para analizar la pandemia.

El avance humano

«Los humanos somos mucho más fuertes de lo que éramos en los siglos XIV y XVI», explicó Harari, comparando la situación actual a la experimentada por la humanidad cuando apareció la peste negra. «Nadie entendió por qué las personas morían por millones ni qué se podía hacer. Algunos pensaban que era un castigo de Dios y otros que era magia negra, no sabían de virus ni de otros patógenos», contó.

Relató también los poco fructíferos esfuerzos emprendidos por la ciencia antes. «Cuando apareció la gran influenza de 1918, los mejores científicos trataron de identificar la causa pero fallaron, las medidas para contrarrestarla fueron inútiles y los intentos para desarrollar una vacuna también», dijo. «Como resultado, un tercio de la humanidad se contagió y entre 50 y 100 millones de personas murieron».

Incluso, expuso Harari, esa debilidad científica se expresó en la aparición del VIH. «Tomó a los científicos cerca de dos años identificar el virus que causaba esta misteriosa y nueva enfermedad, y tomó varios años más entender claramente cómo se diseminaba el virus, poder desarrollar contramedidas y medicamentos efectivos», apuntó.

«Fue muy, muy diferente con el covid-19 (…) En menos de dos semanas los científicos no solo habían identificado correctamente al virus responsable, sino que además secuenciaron su genoma completo y publicaron la información en línea. En unos meses más quedaron claras las contramedidas que podrían ralentizar y detener las cadenas de infección, y en menos de un año varias vacunas efectivas estaban produciéndose a gran escala», resumió. «Las epidemias fueron fuerzas incontrolables de la naturaleza que los seres humanos no podían entender ni detener. Ahora la ciencia las ha convertido en desafíos manejables».

El factor político

«Entonces, ¿cómo es que hubo tanta muerte y sufrimiento el año pasado? La respuesta es por culpa de las malas decisiones políticas. Los científicos nos dieron las herramientas que pueden parar las epidemias, pero son los políticos quienes toman las decisiones sobre cómo usarlas. Lamentablemente, durante el año pasado muchos políticos tomaron malas decisiones», expuso Harari.

«Los científicos nos dieron las herramientas que pueden parar las epidemias, pero son los políticos quienes toman las decisiones sobre cómo usarlas. Lamentablemente, durante el año pasado muchos políticos tomaron malas decisiones»

Yuval Noah Harari

El filósofo señaló que dichas decisiones «fueron responsables de muchas de las calamidades» que existieron. Apuntó, en particular, a «los presidentes populistas de Estados Unidos y Brasil», quienes «subestimaron el peligro, se rehusaron a prestar atención a los expertos y en vez de ello difundieron teorías conspirativas». Criticó también a los países que «reservaron información» y la divulgaron tarde, como China.

«La negligencia e irresponsabilidad de las administraciones de Trump y Bolsonaro han tenido como resultado cientos de miles de muertes que se podrían haber evitado», comentó. Destacó, en cambio, el ejemplo de países como Vietnam o Nueva Zelanda, que «reaccionaron a la amenaza con gran eficiencia».

El mundo interconectado

«El 2020 fue testigo de un fracaso total del liderazgo global. No hubo un esfuerzo coordinado para limitar la propagación de la pandemia, que es la razón por la que ahora ha llegado a todos los rincones del planeta», planteó el historiador.

Harari lamentó que «a más de un año del comienzo de la pandemia, la comunidad internacional aún no ha desarrollado un plan global para derrotar al virus».

«Los primeros meses de 2020 fueron como ver un accidente en cámara lenta. La comunicación moderna hizo posible que las personas en todo el mundo vieran, en tiempo real, las imágenes desde Wuhan, después desde ciudades italianas, y después desde Guayaquil a Manaos, y desde más y más lugares», recordó.

«No apareció ningún liderazgo global para detener el desastre y evitar que se devorara al mundo. Las herramientas estaban ahí, pero demasiado a menudo faltó sabiduría política», concluyó.

El rol de los empresarios

El seminario que protagonizó Harari estaba dirigido a los miembros de la filial de Empresas CMPC, Softys, por lo que el filósofo se valió de la oportunidad para dirigirse a los empresarios.

«Como personas de negocios, quizás se pregunten por qué les cuento todo esto. Ustedes no son políticos, ¿qué pueden hacer? Pueden, de hecho, hacer mucho», aseveró. «Ustedes tienen poder, tienen influencia. Cuando quieren que se bajen los impuestos, se cambien las normativas o se haga un acuerdo comercial internacional, ustedes saben cómo hacer lobby con los políticos y obtener lo que quieren, al menos algunas veces», expuso.

«Si un virus pasa de un murciélago a un ser humano de nuevo en una aldea pobre en alguna parte remota de la jungla, dentro de unos pocos días ese virus puede estarse paseando por Wall Street»

El autor aseguró que espera que el año pasado haya «convencido» a la «gente de negocios» de que «también necesitan una mejor política en sus propios países y en el mundo en general». Los llamó, además, a «invertir más en sus sistemas de salud pública» y a presionar para que se establezca «un poderoso sistema global para monitorear y prevenir las pandemias mundiales».

«En la ancestral lucha entre la humanidad y los patógenos, la primera línea de defensa es el cuerpo de todos y cada uno de los seres humanos en la tierra. Si esta línea se ve sobrepasada en cualquier parte del mundo, nos pone a todos en peligro. Incluso las personas más ricas, en los países más desarrollados, tienen un interés personal en proteger a los más pobres en los países menos desarrollados», dijo.

«Si un virus pasa de un murciélago a un ser humano de nuevo en una aldea pobre en alguna parte remota de la jungla, dentro de unos pocos días ese virus puede estarse paseando por Wall Street», cerró.

La recuperación económica

Harari explicó que la acelerada digitalización que experimentó el mundo —»vimos cómo industrias e instituciones completas, desde escuelas a iglesias, pasaron a lo online casi de un día para el otro»— será permanente para algunos rubros y que incidirá en la forma que tomarán las cosas a futuro.

Harari teme que la reactivación de la economía tome una forma de K, con una recuperación rápida para los países más desarrollados y en paralelo una caída drástica para los más vulnerables

«Hay un gran debate acerca de cómo se verá la recuperación económica después del covid. Algunos dicen que el gráfico tendrá forma de V, o sea, un descenso muy notorio seguido de una recuperación igual de notoria hacia la normalidad. Hay quienes dicen que tendrá forma de L, con un descenso muy notorio seguido de una gran depresión y una recuperación lenta», comentó.

«Mi miedo personal es que no tendrá ni forma de V ni de L, sino de K. Es decir, algunas regiones, países e industrias no solo se recuperarán, sino que debido a que la digitalización disfrutarán de mucha más riqueza y poder del que han tenido hasta ese momento», explicó el historiador. Ello constituiría el «brazo superior» de la K.

Por el contrario, explicó, «la digitalización hará que otras regiones, países e industrias colapsen totalmente, siendo esto el brazo inferior de la K». «Una recuperación del covid en forma de K implicará un aumento de la desigualdad en el mundo. Esta amenaza es particularmente grave para los países en vías de desarrollo», comentó.

Contenido publicado en EMOL

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