Ante la decisión del Presidente Trump de elevar los aranceles a todas las importaciones provenientes de México si es que México no contiene los flujos migratorios centroamericanos hacia Estados Unidos, el Foro Permanente de Política Exterior declara lo siguiente:
- Su rechazo categórico a la inédita medida que vincula sanciones comerciales con política migratoria. El Foro Permanente de Política Exterior llama al Gobierno y al Congreso Nacional de Chile a solidarizar con México y a defender el sistema multilateral tanto en materia de comercio como de migraciones, coordinando posiciones con los miembros de la Alianza del Pacífico y del Mercosur.
- Vincular los aranceles con un tema tan complejo y de tantas aristas económicas y sociales como las migraciones no resiste el menor análisis. Como dice el Presidente de México López Obrador en su respuesta al Presidente Trump “las personas no migran por el gusto, sino por necesidad”. Frente al mundo tal medida afecta severamente la credibilidad de Estados Unidos como un socio comercial serio y, con ello, resta legitimidad a los acuerdos comerciales que haya firmado, incluido el nuevo NAFTA que paradojalmente Trump envió al Congreso en la misma semana en que agrede comercialmente a su vecino.
- La migración centroamericana a Estados Unidos es ciertamente un tema grave que debe ser abordado. Pero esta nueva medida del Gobierno de Estados Unidos es un estímulo más al accionar aislacionista y proteccionista. Con ello, estaríamos ingresando a una nueva fase en la actual globalización, de repercusiones insospechadas. Si otros países replicasen la lógica de Trump se estarían horadando los cimientos de las relaciones internacionales en materia de comercio, inversiones y solución de controversias. Igualmente se echarían por tierra los esfuerzos multilaterales por establecer marcos de principios y obligaciones para la protección de los trabajadores migrantes y sus familias. El escenario resultante sería un tránsito del multilateralismo al unilateralismo con una brusca politización de las relaciones económicas internacionales, como se observa en torno a la disputa sobre Huawei, haciendo primar así la ley del más fuerte.
- La migración en un mundo globalizado debe enmarcarse en el contexto de una estrategia de cooperación entre países de origen, de tránsito y de destino. Se trata de regular la migración con incentivos eficaces para la retención de las personas en los países y comarcas de origen así como la protección de aquellos que optan por migrar. La respuesta de la administración norteamericana es belicosa y desproporcionada. Todo su lenguaje sobre los inmigrantes de nuestra región es una falta de respeto hacia América Latina. Los que promovemos la vigencia del derecho internacional y de los derechos humanos debemos reaccionar.
- Chile no puede permanecer indiferente. Como economía mediana y abierta, necesitamos reglas claras y estables en comercio e inversiones y respeto a normativas multilaterales de la OMC -y aquellas contenidas en los Tratados de Libre Comercio-. Igualmente aquellas derivadas del Consejo de Derechos Humanos, de las convenios de la OIT y de la Asamblea General de ONU, en relación con la seguridad y protección a los trabajadores migrantes. Para ello fortalecer la convergencia entre la Alianza del Pacífico y Mercosur es fundamental.
Como latinoamericanos y miembros de la Alianza del Pacífico debemos expresar claramente nuestra solidaridad con México. Invitamos al Gobierno y al Congreso Nacional a hacerlo y a promover acciones por parte de los otros Gobiernos y Parlamentos de la región. Una opinión conjunta de Cancilleres de la Alianza del Pacífico y un pronunciamiento convergente de los Parlamentos latinoamericanos parece necesario.